Vuelta estival: el valle del Tajuña.
Tras un largo período de inactividad debido a una serie de contratiempos, volvemos de nuevo a este blog, para hacer un pequeño preámbulo en lo que se refiere al reportaje "Todos los caminos llevan a Titulcia", en el que recorreremos los valles del Jarama y del Tajuña hasta su unión en la localidad madrileña de Titulcia, la antes conocida como Bayona de Tajuña.
Río Tajuña
Primeramente empezaremos por el fértil valle del Tajuña (Tagonium para los romanos, por ser afluente indirecto del Tagos: Tajo, y llevar el Tajuña un recorrido más o menos paralelo al Tajo hasta su desembocadura en el Jarama que posteriormente vierte sus aguas en el propio Tajo un poco más adelante de Aranjuez) y comenzaremos el recorrido a la altura del municipio de Ambite, donde comienza o termina (según se mire) la conocida Vía Verde del Tajuña, que une este municipio con Morata de Tajuña (34 kms.), en lo que era una antigua vía ferroviaria, la cual quedó en desuso en 1953, el conocido como tren de Arganda.
Ambite
Siguiendo el recorrido por este fértil y encantador valle, donde se respira sosiego a cada paso, parece impensable imaginar que se encuentre tan cercano a la gran y bulliciosa urbe de Madrid. Pero dejando al margen este inciso y continuando en nuestro caminar, en pocos kilómetros nos encontraremos con Orusco de Tajuña, pueblo cuyo nombre es de origen extraño y enigmático como muchos de los rincones de este valle. Su nombre se cree posible que pueda ser de origen ligur, de la derivación progresiva de "Usco" hasta llegar al actual Orusco. Pero también se habla que el sufijo "Usco" pueda ser ambrón, pueblo de origen galo. Sea cual fuere su origen, la verdad que es un pueblo digno de visitar y conocido por la fertilidad de sus tierras y por haber sido elegido por eremitas medievales incluso venidos de Italia, los cuales labraron sus celdas en la montaña y oraban en la Ermita de Ntra. Sra. de Bellaescusa, patrona de la localidad, y que se construyó, tal y como cuenta la leyenda, tras la aparición de la Virgen a dos caballeros de la Orden de Santiago en dicho lugar, cuando andaban de caza por el monte.
Orusco de Tajuña
Siguiendo las aguas del río que buscan su encuentro con el Jarama allá por Titulcia, muy cerca de Orusco nos encontramos con Carabaña, famosa localidad por sus aguas medicinales, muy apreciadas ya desde época romana. Sus aguas brotan de forma natural del conocido como Cerro de Cabeza Gorda, donde está proyectado el balneario más grande de Europa, que según los responsables estará listo a partir del 2008, justo sobre los restos del antiguo balneario de finales del S. XIX, que no llegó a inaugurarse. En su término podemos encontrar necrópolis visigodas y cuevas, estas últimas muy abundantes en todo el valle, las cuales fueron habitadas desde los tiempos prerromanos. En su Iglesia Parroquial, de la Asunción, destaca una pila bautismal visigoda del S. V., una gran reliquia histórica.
Puente de Carabaña, S.XVI
Siguiendo nuestro recorrido, el siguiente muncipio con el que nos encontramos es Tielmes, la cual se cree puede ser la Thermida que las fuentes clásicas nos citan entre las ciudades o poblamientos carpetanos. Se sabe que Tielmes fue habitada por la tribu de los caracitanos, de origen celtibérico, y que probablemente dieron nombre al vecino pueblo del valle del Tajuña ya mencionado de Carabaña (Caracae Balnea: "baños de Caraca", aludiendo a sus famosas aguas purgantes), aunque al respecto también existe la hipótesis de un origen árabe del nombre, pues en castellano antiguo, caravaña (del árabe) equivale al actual caravana, lo cual relacionaría el topónimo con el carácter de enclave caminero de la población, cruce de la vía que por el Tajuña subía hacia el alto Tajo, con la que, procedente de Cartagena y Segóbriga se dirigía a Alcalá de Henares (jeromor de Celtiberia.net). Para terminar sobre Tielmes y volviendo a usar como fuente celtiberia.net, en este enlace de celtiberia, se discute sobre el origen del nombre de Tielmes, donde se pone en relación con topónimos de origen arévaco como Termes o Telmes, muy interesante la cuestión:
http://www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=6119&cadena=Tielmes
Tielmes
Continuando la cuenca del Tajuña y practicamente junto a la N-III o carretera de Valencia, nos encontramos ya en el término municipal de Perales de Tajuña, el famoso Risco de las Cuevas, un conjunto de cuevas artificiales, que han sido ocupadas por el hombre desde época prerromana y que fueron habitadas por los ya mencionados caracitanos, a los que venció con una gran artimaña el famoso Sertorio en sus peripecias por la Península Ibérica. El hecho fue narrado por el ilustre Plutarco en "Vidas de Sertorio y Pompeyo" tal y como sigue:
XVII .- Entre sus acciones de guerra no fue lo que menos admiración excitó lo ejecutado con los llamados caracitanos . Este es un pueblo situado más alla del río Tajo , que no se compone de casas, como las ciudades o aldeas, sino que, en un monte de bastante extensión y altura, hay muchas cuevas y cavidades de rocas que miran al norte. el país que la circunda produce un barro arcilloso y una tierra muy dezlenable por su finura, incapaz de sostener a los que andan por ella, y que con tocarla ligeramente se deshace como la cal o la ceniza. Era, por tanto, imposible de tomar por fuerza a estos bárbaros, porque cuando temían ser perseguidos se retiraban con las presas que habían hecho a sus cuevas, y de allí no se movían. En ocasión, pues, en que Sertorio se retiraba de Metelo y había establecido su campo junto aquel monte, le insultaron y despreciaron, mirandole como vencido; y él, bien fuese por cólera, o bien por no dar idea de que huía, al día siguiente, muy de mañana, movió con sus tropas y fue a reconocer el sitio. Como por ninguna parte tenía subida, anduvo dando vueltas, haciéndoles vanas amenazas; mas en esto advirtió que de aquella tierra se levantaba mucho polvo y que por el viento era llevado a lo alto: porque, como hemos dicho, las cuevas estaban al norte, y el viento que corre de aquella región, al que algunos llaman Cecias, es allí el que más domina y el más impetuoso de todos, soplando de paises húmedos y de montes cargados de nieve. Estábase entonces en el rigor del verano, y, fortificado el viento con el deshielo que en la parte septentrional se experimentaba, lo tomaban con mucho gusto aquellos naturales, porque en el día los refrigeraba a ellos y a sus ganados. Habíalo discurrido así Sertorio, y se lo había oido también a los del contorno, por lo cual dio orden a los soldados de que, recogiendo aquella tierra suelta y cenicienta, la fueran acumulando en diferentes puntos delante del monte; y como creyesen los bárbaros que el objeto era formar trincheras contra ellos, lo tomaron a burla. Trabajaron en esto lo soldados hasta la noche, hora en que se retiraron; pero por la mañana siguiente empezó a soplar un aura suave, que levantó lo más delgado de aquella tierra amontonada, esparciéndola a manera de humo, y después, arreciándose el cecias con el sol, y poniéndose ya en movimiento los montones, los soldados que se hallaban presentes los revolvían desde el suelo y ayudaban a que se levantase la tierra. Algunos corrían con los caballos arriba y abajo, y contribuían, también a que la tierra se remontase en el aire, y a que, hecha un polvo todavía más delgado, fuese empujada por aquel hacia las casas de los bárbaros, que recibían el cierzo por la puerta. Estos, como las cuevas no tenían otro respiradero que aquel sobre el que se precipitaba el viento, quedaron muy luego ciegos, y además empezaron a ahogarse, respirando un aire incómodo y cargado de polvo; por lo cual apenas pudieron aguantar dos días, y al tercero se entregaron; aumentando, no tanto el poder como la gloria de Sertorio, por verse que lo que no estaba sujeto a las armas lo alcanzaba con la sabiduría y el ingenio.
Se cree por tanto que este episodio, narrado por Plutarco, bien pudo haber ocurrido en el Risco de las Cuevas, único poblado que reúne las características descritas en este texto.
Risco de las cuevas, Perales de Tajuña.
Estas cuevas horadadas en dicho risco de marga yesera por los hombres del Neolítico fueron ocupadas hasta en época árabe, pero trás su derrumbe dejaron de ser habitadas.
En el siglo XIX se les prestó mucha atención porque se consideraba que se remontaban a los tiempos prehistóricos (neolítico, como se ha dicho). Para ello se apoyaban en que aparecían en los alrededores hachas de piedra pulimentada y cerámicas del final del neolítico. Este interés hizo que a finales del siglo XIX se estudiasen las cuevas una a una, instalando andamiajes que permitieron el acceso a todas ellas y levantando croquis y dibujos que facilitaban su conocimiento.
En el siglo XX siguen despertando curiosidad estas cuevas y se propone su conservación, siendo declaradas Monumento Nacional con la II República en 1931; declaración que llega hasta nuestros días bajo la calificación de Bien de Interés Cultural (RD 13/85 de Patrimonio Histórico Español).
Más información sobre el Risco de las Cuevas en la web oficial del ayuntamiento de Perales de Tajuña:
http://www.ayto-peralestajuna.org/monumentos.html
Justo cruzando al otro lado de la N-III nos encontramos ya con Perales de Tajuña, penúltimo pueblo dentro de la Vía Verde del Tajuña, el último es Morata de Tajuña, pero nosotros iremos hasta la misma desembocadura del Tajuña en el Jarama, al lado de Titulcia, pues hay más cosas interesantes en este valle más allá de dicha vía a destacar. Perales tiene en torno a 2000 habitantes, y tuvo antaño un castillo, del que apenas quedan restos de un torreón. El pueblo, de casas encaladas, es propicio para el paseo.
Perales de Tajuña
Dejando Perales a un lado, donde en estos días disfrutan de sus fiestas patronales, al igual que en Tielmes, emprendemos el camino hacia Morata de Tajuña, penúltimo pueblo que nos encontraremos hasta la desembocadura de nuestro compañero de viaje, el río Tajuña. A mitad de camino entre Perales y Morata, se nos aparece, no a mucho andar, un molino sobre el río, cuya arquitectura nos descubre su verdadera naturaleza decimonómica, naturalmente abandonado, y nos hace pensar en tiempos pasados, pero no demasiado remotos, y haciendo inventario de lo que ahora llaman arqueología industrial, el valle nos ofrece lugares como dicho molino, las vías abandonadas, la también decimonómica Central Eléctrica de Chavarri en Carabaña y abandonada hace bastantes años y la chimenea para la fundición de estaño en Tielmes, cuando la utilización de los ríos y de los valles aún no traspasaba lo verdaderamente recomendable, vemos que una explotación ha sido sustituida por otra, molinos, centrales y ferrocarriles de vía estrecha han traspasado el testigo a la hostelería y a la construcción rural de recreo, tan en aúge en los últimos años, lo cual no está nada mal, siempre y cuando no se traspase la ya mencionada barrera de lo "verdaderamente recomendable", cosa que no está ocurriendo en lugares como Ambite, nuestra primera etapa en nuestro recorrido, donde sobre el monte opuesto al pueblo, en el margen izquierdo del Tajuña, las casas ganan vertiginosamente terreno al bosque y al monte, lo cual ha alertado tanto a los vecinos como a los amantes de dicho valle y la naturaleza en general, así se dejan notar para el caminante que por allí pasa, en forma de palabras escritas, sus quejas, con lo que rápidamente el buen señor viajero hace suyas también dichas quejas. Así, desde aquí, nos solidarizamos con ellos y decimos BASTA YA DE ESPECULACIÓN INMOBILIARIA, lugares como éste merecen un respeto.
Retomando el camino y dejando atrás, que no en el olvido, todas estas reflexiones, nos acercamos al final de la Vía Verde y entramos en Morata de Tajuña, la localidad más populosa de este valle, con más de cinco mil almas. Acercándonos a la antigua cantera de Cornicabra, y por tanto añadiendo un lugar más de arqueología industrial a nuestro paseo, disfrutamos de unas excelentes vistas del valle.
Morata de Tajuña
Saliendo de Morata, el río busca ya su camino final para sumarse a las aguas del Jarama, dando un giro en su curso hacia el mediodía, para después en su parte final volver a encaminarse hacia el poniente. El valle en este tramo se va ensanchando en gran medida, ganando mucho más terreno para la vega y el cultivo. Poco después de dejar atrás Morata, se interna en territorio de
una de las más emblemáticas localidades madrileñas y castellanas, Chinchón, aunque lo que es la localidad en sí, dista unos 5 kms. del valle, pero merece mucho la pena desviarse algo en nuestro recorrido para visitarla. Casi no hace falta ni destacar de Chinchón, por su gran popularidad, la gran importancia de su Plaza Mayor, una de las mejores muestras de la arquitectura popular castellana, con sus soportales con galerías adinteladas y balcones de madera, considerada como una de las más bellas del mundo por su armonía y proporciones. Han sido muy numerosas las actividades realizadas en la misma: fiestas reales, proclamaciones, corral de comedias, corridas de toros, ejecuciones, actos religiosos, políticos y militares, así como plató de cine tanto para películas nacionales e internacionales como la norteamericana "El Fabuloso mundo del Circo" (Circus World) de Henry Hathaway protagonizada por John Wayne, Rita Hayworth y Claudia Cardinale y producida por el conocido Samuel Bronston, que fue productor de otras tantas películas en España, como "El Cid", "55 días en Pekín" y "La Caída del Imperio Romano". En la actualidad destacan los conciertos de música Folk y los mercadillos de productos típicos que se celebran en la misma.
Chinchón
Pero continuando por el valle, encontramos algunos sitios dignos de visitar aún en el término municipal de Chichón. Así, desviándonos de la carretera de Morata a Titulcia tomando el antiguo camino que unía Chinchón con Madrid, nos encontramos antes de cruzar el río con la ermita de San Galindo y una laguna del mismo nombre, también conocida como "de la Espadaña".
Cruzamos el río y nos topamos con una senda que nos hace subir a un promontorio sobre el río, que ya nos llamaba la atención desde lejos y que se conoce como "Las Barrancas de Valdepozas". Merece la pena subir hasta arriba, son impresionantes las vistas. Dan ganas, que fue lo que hicimos, de quedarse un buen rato en la cumbre descansando y mirando al horizonte, donde sobre él ya vemos aparecer sobre su milenario cerro a Titulcia. Pero más cercano a nosotros, nos llama mucho la atención un castillo rodeado de gran arboleda, luego más tarde descubrimos que es el castillo de Casasola, una fortaleza del siglo XV de propiedad privada en la actualidad, y que presenta unos muros ruinosos, con una parte rehabilitada como vivienda. Desde el mismo barranco de Valdepozas tenemos una panorámica de Chinchón a nuestras espaldas. Este conjunto de elementos, es decir, tanto el valle, la ermita, la laguna, el río, el castillo, y las localidades de Titulcia, Chinchón y Morata sobre el horizonte, hacen de este lugar, una localización muy especial, en eso piensa uno, cuando ya emprende la marcha, tras dicho sosiego, por un camino paralelo a la carretera de Morata a Titulcia, donde nos encontramos las lagunas de Casasola (a la que da nombre el castillo) y la de San Juan, hasta que tomando la carretera que une Chinchón con Titulcia, emprendemos camino hacia esta última, la antigua Bayona de Tajuña, la cual se vino llamando así desde el S.XII, derivando del vasco "Ibay" y "ona", que quiere decir "lugar junto a río bueno", pero en 1814 por prerrogativa de Fernando VII, cambió de nombre, pues en sus viajes en busca de sus retiros estivales de Aranjuez, debe ser que atormentaban su recuerdo amargas visiones de su forzosa estancia en la Bayona francesa, tomando el de Titulcia, por pensar que en dicha localidad se asentaba esta antigüa ciudad carpetana nombrada por Ptolomeo en sus noticias, así se vino creyendo tiempos atrás, aunque ésto de que la actual Titulcia fuera la Titúlela de Ptolomeo se viene discutiendo en los tiempos que corren, pues actualmente los expertos la vienen situando en otras localidades, como en las proximidades de Las Rozas, Aranjuez y ahora últimamente cobra bastante vigencia la hipótesis de la actual y populosa ciudad de Móstoles. Lo que no cabe duda, es que el actual cerro donde se asienta Titulcia, fue poblamiento tanto en época prerromana como romana, han aparecido bastantes vestigios que así lo acreditan, aparecieron restos carpetanos en la conocida como "Cueva de los Vascos" y restos arqueológicos de época romana como utensilios, monedas y sobre todo muy próximo al pueblo, el famoso "Arco de Ciempozuelos" conservado en el Museo Arqueológico Nacional. Además, era lugar por donde pasaba una galiana, y que se conserva actualmente como vía pecuaria, bajo protección de la Comunidad de Madrid, al menos eso dice un cartel. La naturaleza estratégica del lugar, un promontorio situado en la confluencia de dos valles (Tajuña y Jarama) con gran panorámica de los contornos circundates, nos hace comprender la importancia que tuvo que tener el lugar para anteriores pobladores. Este promontorio sobre el que se asienta el pueblo, es conocido como el "Cerro de Venus". Una particularidad del pueblo es la existencia en la actualidad aún de viviendas-cueva en la parte alta del pueblo que se vienen usando por tanto como asentamiento desde hace milenios, así como la existencia en la parte baja de la famosa "Cueva de la Luna", de la que unos dicen ser templaria debido a la aparición de su símbolo en varias cúpulas, y otros dicen que simplemente fue una bodega dejada en el olvido bastantes años después de la época de los caballeros del Temple, y descubierta por casualidad en los años 50 del siglo pasado. Sea lo que fuere, merece la pena tomarse una cerveza y una buena tapa en el bar-restaurante del mismo nombre, al que hay que pasar para acceder a la cueva. También se debe destacar la Ermita de la Soledad, mandada construir por el Cardenal Cisneros, para conmemorar la aparición de una cruz en el aire en las juntas de los ríos Jarama y Tajuña el 28 de Enero de 1509 cuando iba camino de Orán desde Alcalá de Henares. Es un pueblo muy especial, un lugar predilecto para el que les escribe. Muy cerca del pueblo, encontramos un vestigio más de ese pasado que atesora el lugar, un puente romano sobre el Tajuña poquito antes de su desembocadura en el Jarama, justo donde termina nuestra aventura de hoy por este encantador valle.
Castillo de Casasola
Titulcia
Los puentes nuevo y viejo (al fondo) de Titulcia sobre el Jarama
*El puente antiguo de Titulcia fue construido a finales del S.XIX, donde se utilizó la técnica del remache en frío, llevada también a cabo en la construcción de la torre Eiffel de París. El puente nuevo, una moderna obra de ingeniería, fue inaugurado en 2002, año hasta el cual se vino usando el antiguo de una sola dirección.
Puente romano sobre el Tajuña, Titulcia.
Cueva de la Luna, Titulcia.
Y hablando de Titulcia, no podemos dejar de nombrar a un ilustre titulciano de adopción, el poeta José Hierro, fallecido en 2002, del que se decía era: "un manchego de Santander, un madrileño de Titulcia, un peatón en Nueva York".
Cronología del Mundo Antiguo en el Valle del Tajuña
-35000 A. de C. Los hombres que habitan las tierras del Tajuña perfeccionan sus herramientas utilizando madera y huesos.
- 12000 A. de C. Las tribus abandonan el nomadismo y aparecen los primeros núcleos de poblados habitados por agricultores y ganaderos
- 4.000 A. de C. Los pobladores de la comarca habitan las cuevas cercanas a los ríos.
- 1000 A. de C. Las tribus de la zona construyen recintos fortificados en los que se construyen casas de madera y barro.
- 300 A. de C. Los carpetanos se dedican a la agricultura y la ganadería y viven en poblados cercanos a los ríos construidos con adobe y piedra.
- 184 A. de C. Los carpetanos vencen a los romanos junto a Titulcia.
- 81 A. de C. Sertorio derrota a los habitantes de Caracca, ciudad identificada como la actual Carabaña, aunque se piensa que la batalla transcurrió en el Risco de las Cuevas, en Perales de Tajuña.
ALGUNAS RUTAS POR EL VALLE DEL TAJUÑA
-Vía Verde del Tajuña:
Esta Vía Verde es muy fácil de seguir, ya que toda ella cuenta con un firme de asfalto de inconfundible color rojo. Esta crucial pista nos servirá de referencia para no perdernos en casi toda la ruta. También nos ayudarán la señalización instalada al efecto. Otra buena nueva: gran parte de la traza está reservada a no motorizados. Ofrecemos a continuación una descripción del recorrido para conocer, de antemano, que es lo que nos podemos encontrar:
Km 0: Iniciaremos nuestro camino en la localidad de Morata de Tajuña, tomando como referencia de dirección la vecina localidad de Perales de Tajuña. En cualquier caso, os recomendamos que, de entrada, hagáis un pequeño tramo hacia atrás, dirección Madrid. Éste asciende por la antigua vía hacia la cantera de Cornicabra, teniendo desde ahí muy buenas perspectivas del valle del Tajuña. ¡Además existe un área recreativa con fuente! Es posible (y deseable) que, dentro no muchos años, esta Vía Verde se prolongue por aquí hasta Arganda, donde termina la línea 8 del Metro de Madrid. Hoy por hoy, unas pistas rurales (y una buena cartografía) podrán ayudarnos a realizar este tramo en clave más aventurera.De nuevo en Morata, la vía se inicia a cerca de la entrada del pueblo (lado San Martín de la Vega). Existe aparcamiento para dejar el coche y una señalización que nos indica como llegar allí. Tras un tramo urbano (pasaremos junto al cuartel de la Guardia Civil), nuestra vía se empareja a la carretera M-506, iniciando su recorrido rural hacia Perales.
Km 6. Por un paisaje agrícola, nuestra pista roja nos conduce sin sobresaltos hasta el solar donde estuvo la estación de Tajuña. Aquí arrancaba un ramal por el que los trenes subían hasta Chinchón y Colmenar de Oreja. Al otro lado de la carretera podemos ver el puente metálico de este ramal. Este tramo, sin acondicionar, solo es transitable unos 3 kilómetros, hasta una cantera. Si se quiere recorrer: ¡mucha precaución, hay camiones!De nuevo en la ruta acondicionada, nos vamos acercando hacia Perales, afrontando un tramo en el que deberemos superar algunos badenes, cortos pero de pendientes un poco acusadas. Serán las únicas rampas relevantes de toda la ruta.
Km 9. Llegamos a Perales de Tajuña. Su estación ya desapareció (su solar lo ocupa hoy un colegio) y su trazado son actualmente calles del pueblo. Aquí se abren dos ramales. Uno, que arranca a la entrada del pueblo, se desvía hacia la derecha, cruza el río y discurre por la vega. Por este ramal se circula sobre pistas abiertas al tráfico: ¡precaución!. Éstas nos llevan hacia la autovía A-III, que se cruza bajo un gran viaducto.El otro ramal, que sigue más fielmente la antigua vía, atraviesa el pueblo y, pasando junto al cementerio, se dirige hacia el viaducto de la A-III. Este tramo se interrumpe unos cientos de metros más adelante de la autovía, por lo que, después de visitar este bello tramo interrumpido (al pie de las espectaculares cuevas de Perales) hay que bajar a buscar el otro ramal de la vía verde que arrancaba en Perales (queda a menos de 300 m pero hay que ir con cuidado: hay que cruzar carreteras).Finalizada esta división de ramales, la Vía Verde se dirige, ya hasta su término, sobre unos caminos rurales de la margen izquierda del Tajuña. Hay que volver a recordar que este tramo está abierto al paso de vehículos rurales: precaución. La traza ferroviaria iba por la orilla contraria pero es irrecuperable, ya que casas y fábricas machacan a cada poco la explanación
Km 14. Un paisaje agrícola, de perfiles suaves, sin rampas, nos lleva hacia Carabaña. En la orilla contraria del Tajuña se sitúa Tielmes, pueblo al que podremos acercarnos utilizando la primera carretera que encontramos. En este lugar existe una pequeña área de descanso. A orillas de la carretera, hacia la derecha, la vía nos lleva hasta una ermita. Desde allí, hacia la izquierda, la Vía Verde sigue atravesando la vega del Tajuña, dejando en la orilla contraria la curiosa y bien conservada estación de Chavarri, donde en tiempos se cargaban las botellas de la famosa “Agua de Carabaña”.
Km 21. Y ya estamos llegando al final de un nuevo tramo sobre la ruta. A la altura del cruce con la carretera de Carabaña a Brea de Tajo, la pista roja, llega casi a orillas del río, donde un hermoso molino nos marca la entrada a Carabaña. Desde aquí, bien podemos dirigirnos hacia la cercana localidad para tomar un receso en la ruta o bien continuar itinerario hacia nuestro próximo hito caminero: Orusco. Para ello habrá que seguir hacia la derecha por la carretera de Brea hasta alcanzar la continuación de la vía verde hacia la izquierda. Este nuevo tramo discurre hasta Orusco en paralelo a la explanación del Ferrocarril de los 40 días, construido durante la Guerra Civil. Junta a éste, por la pista rural acondicionada para ciclistas (¡ojo a los posibles coches!), llegamos frente a la localidad de Orusco. Cruzamos bajo la carretera y, podemos acercanos a este agradable pueblo o seguir por la Vía Verde que, al poco, retoma, ya hasta el fin, el trazado del ferrocarril.
Km 32. Éste es uno de los tramos más agradables de la Vía Verde: pasaremos bajo pequeños puentes, entre arboledas, en algún caso sobre tramos casi acantilados sobre el río. Poco a poco nos vamos aproximando al término de la ruta. Ambite. Un cerrado pinar que la vía atraviesa limpiamente nos deja en la explanación de su antigua estación. Una pequeña área recreativa, con fuente es un hermoso lugar para contemplar esta pequeña localidad, la última de la Comunidad de Madrid antes de entrar en Guadalajara. La Vía Verde termina aquí pero ya se está trabajando en la vecina comunidad de Castilla-La Mancha para prolongar la vía hasta las orillas del Tajo en Entrepeñas.
http://www.ffe.es/viasverdes/fichas_htm/tajuna/ficha_tajuna.htm
-Ruta de la Laguna de San Juan:
Está constituída por una conjunción de agua y vegetación que ofrecen el refugio idóneo para la avifauna propia de este paraje. Se trata de un recorrido de 19,5 Km sin sombras, con lo que se aconseja hacer esta ruta en días poco calurosos, llevar agua y unos prismáticos para poder observar mejor la avifauna.
La ruta comienza y finaliza en Villaconejos y se divide en cuatro tramos:
A: Las Cuestas.
B: La Laguna de San Juan.
C: La Casa de los Montero.
D: El Balneario de Villacabras.
http://www.labarataria.com/rutas.htm
-Ruta de los Cortados:
Esta ruta nos lleva a la vega del río Jarama y a la del Tajuña en las que abundan un paisaje de cultivos de regadío.El agua separa claramente la vega rica y fértil con abundante vegetación y nuerousa fauna de la terreno yermo y duro con clima seca y riguroso.Por la escasez de sombra, se recomienda hacer la ruta en primavera u otoño y llevar prismáticos para fijarse mejor en la fauna.
La ruta comienza en el casco antiguo de Titulcia y se divide en tres tramos:
A: Soto de Bayona.
B: El cordel del Quiñón.
C: La Vega.
http://www.labarataria.com/rutas.htm
Río Tajuña
Primeramente empezaremos por el fértil valle del Tajuña (Tagonium para los romanos, por ser afluente indirecto del Tagos: Tajo, y llevar el Tajuña un recorrido más o menos paralelo al Tajo hasta su desembocadura en el Jarama que posteriormente vierte sus aguas en el propio Tajo un poco más adelante de Aranjuez) y comenzaremos el recorrido a la altura del municipio de Ambite, donde comienza o termina (según se mire) la conocida Vía Verde del Tajuña, que une este municipio con Morata de Tajuña (34 kms.), en lo que era una antigua vía ferroviaria, la cual quedó en desuso en 1953, el conocido como tren de Arganda.
Ambite
Siguiendo el recorrido por este fértil y encantador valle, donde se respira sosiego a cada paso, parece impensable imaginar que se encuentre tan cercano a la gran y bulliciosa urbe de Madrid. Pero dejando al margen este inciso y continuando en nuestro caminar, en pocos kilómetros nos encontraremos con Orusco de Tajuña, pueblo cuyo nombre es de origen extraño y enigmático como muchos de los rincones de este valle. Su nombre se cree posible que pueda ser de origen ligur, de la derivación progresiva de "Usco" hasta llegar al actual Orusco. Pero también se habla que el sufijo "Usco" pueda ser ambrón, pueblo de origen galo. Sea cual fuere su origen, la verdad que es un pueblo digno de visitar y conocido por la fertilidad de sus tierras y por haber sido elegido por eremitas medievales incluso venidos de Italia, los cuales labraron sus celdas en la montaña y oraban en la Ermita de Ntra. Sra. de Bellaescusa, patrona de la localidad, y que se construyó, tal y como cuenta la leyenda, tras la aparición de la Virgen a dos caballeros de la Orden de Santiago en dicho lugar, cuando andaban de caza por el monte.
Orusco de Tajuña
Siguiendo las aguas del río que buscan su encuentro con el Jarama allá por Titulcia, muy cerca de Orusco nos encontramos con Carabaña, famosa localidad por sus aguas medicinales, muy apreciadas ya desde época romana. Sus aguas brotan de forma natural del conocido como Cerro de Cabeza Gorda, donde está proyectado el balneario más grande de Europa, que según los responsables estará listo a partir del 2008, justo sobre los restos del antiguo balneario de finales del S. XIX, que no llegó a inaugurarse. En su término podemos encontrar necrópolis visigodas y cuevas, estas últimas muy abundantes en todo el valle, las cuales fueron habitadas desde los tiempos prerromanos. En su Iglesia Parroquial, de la Asunción, destaca una pila bautismal visigoda del S. V., una gran reliquia histórica.
Puente de Carabaña, S.XVI
Siguiendo nuestro recorrido, el siguiente muncipio con el que nos encontramos es Tielmes, la cual se cree puede ser la Thermida que las fuentes clásicas nos citan entre las ciudades o poblamientos carpetanos. Se sabe que Tielmes fue habitada por la tribu de los caracitanos, de origen celtibérico, y que probablemente dieron nombre al vecino pueblo del valle del Tajuña ya mencionado de Carabaña (Caracae Balnea: "baños de Caraca", aludiendo a sus famosas aguas purgantes), aunque al respecto también existe la hipótesis de un origen árabe del nombre, pues en castellano antiguo, caravaña (del árabe) equivale al actual caravana, lo cual relacionaría el topónimo con el carácter de enclave caminero de la población, cruce de la vía que por el Tajuña subía hacia el alto Tajo, con la que, procedente de Cartagena y Segóbriga se dirigía a Alcalá de Henares (jeromor de Celtiberia.net). Para terminar sobre Tielmes y volviendo a usar como fuente celtiberia.net, en este enlace de celtiberia, se discute sobre el origen del nombre de Tielmes, donde se pone en relación con topónimos de origen arévaco como Termes o Telmes, muy interesante la cuestión:
http://www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=6119&cadena=Tielmes
Tielmes
Continuando la cuenca del Tajuña y practicamente junto a la N-III o carretera de Valencia, nos encontramos ya en el término municipal de Perales de Tajuña, el famoso Risco de las Cuevas, un conjunto de cuevas artificiales, que han sido ocupadas por el hombre desde época prerromana y que fueron habitadas por los ya mencionados caracitanos, a los que venció con una gran artimaña el famoso Sertorio en sus peripecias por la Península Ibérica. El hecho fue narrado por el ilustre Plutarco en "Vidas de Sertorio y Pompeyo" tal y como sigue:
XVII .- Entre sus acciones de guerra no fue lo que menos admiración excitó lo ejecutado con los llamados caracitanos . Este es un pueblo situado más alla del río Tajo , que no se compone de casas, como las ciudades o aldeas, sino que, en un monte de bastante extensión y altura, hay muchas cuevas y cavidades de rocas que miran al norte. el país que la circunda produce un barro arcilloso y una tierra muy dezlenable por su finura, incapaz de sostener a los que andan por ella, y que con tocarla ligeramente se deshace como la cal o la ceniza. Era, por tanto, imposible de tomar por fuerza a estos bárbaros, porque cuando temían ser perseguidos se retiraban con las presas que habían hecho a sus cuevas, y de allí no se movían. En ocasión, pues, en que Sertorio se retiraba de Metelo y había establecido su campo junto aquel monte, le insultaron y despreciaron, mirandole como vencido; y él, bien fuese por cólera, o bien por no dar idea de que huía, al día siguiente, muy de mañana, movió con sus tropas y fue a reconocer el sitio. Como por ninguna parte tenía subida, anduvo dando vueltas, haciéndoles vanas amenazas; mas en esto advirtió que de aquella tierra se levantaba mucho polvo y que por el viento era llevado a lo alto: porque, como hemos dicho, las cuevas estaban al norte, y el viento que corre de aquella región, al que algunos llaman Cecias, es allí el que más domina y el más impetuoso de todos, soplando de paises húmedos y de montes cargados de nieve. Estábase entonces en el rigor del verano, y, fortificado el viento con el deshielo que en la parte septentrional se experimentaba, lo tomaban con mucho gusto aquellos naturales, porque en el día los refrigeraba a ellos y a sus ganados. Habíalo discurrido así Sertorio, y se lo había oido también a los del contorno, por lo cual dio orden a los soldados de que, recogiendo aquella tierra suelta y cenicienta, la fueran acumulando en diferentes puntos delante del monte; y como creyesen los bárbaros que el objeto era formar trincheras contra ellos, lo tomaron a burla. Trabajaron en esto lo soldados hasta la noche, hora en que se retiraron; pero por la mañana siguiente empezó a soplar un aura suave, que levantó lo más delgado de aquella tierra amontonada, esparciéndola a manera de humo, y después, arreciándose el cecias con el sol, y poniéndose ya en movimiento los montones, los soldados que se hallaban presentes los revolvían desde el suelo y ayudaban a que se levantase la tierra. Algunos corrían con los caballos arriba y abajo, y contribuían, también a que la tierra se remontase en el aire, y a que, hecha un polvo todavía más delgado, fuese empujada por aquel hacia las casas de los bárbaros, que recibían el cierzo por la puerta. Estos, como las cuevas no tenían otro respiradero que aquel sobre el que se precipitaba el viento, quedaron muy luego ciegos, y además empezaron a ahogarse, respirando un aire incómodo y cargado de polvo; por lo cual apenas pudieron aguantar dos días, y al tercero se entregaron; aumentando, no tanto el poder como la gloria de Sertorio, por verse que lo que no estaba sujeto a las armas lo alcanzaba con la sabiduría y el ingenio.
Se cree por tanto que este episodio, narrado por Plutarco, bien pudo haber ocurrido en el Risco de las Cuevas, único poblado que reúne las características descritas en este texto.
Risco de las cuevas, Perales de Tajuña.
Estas cuevas horadadas en dicho risco de marga yesera por los hombres del Neolítico fueron ocupadas hasta en época árabe, pero trás su derrumbe dejaron de ser habitadas.
En el siglo XIX se les prestó mucha atención porque se consideraba que se remontaban a los tiempos prehistóricos (neolítico, como se ha dicho). Para ello se apoyaban en que aparecían en los alrededores hachas de piedra pulimentada y cerámicas del final del neolítico. Este interés hizo que a finales del siglo XIX se estudiasen las cuevas una a una, instalando andamiajes que permitieron el acceso a todas ellas y levantando croquis y dibujos que facilitaban su conocimiento.
En el siglo XX siguen despertando curiosidad estas cuevas y se propone su conservación, siendo declaradas Monumento Nacional con la II República en 1931; declaración que llega hasta nuestros días bajo la calificación de Bien de Interés Cultural (RD 13/85 de Patrimonio Histórico Español).
Más información sobre el Risco de las Cuevas en la web oficial del ayuntamiento de Perales de Tajuña:
http://www.ayto-peralestajuna.org/monumentos.html
Justo cruzando al otro lado de la N-III nos encontramos ya con Perales de Tajuña, penúltimo pueblo dentro de la Vía Verde del Tajuña, el último es Morata de Tajuña, pero nosotros iremos hasta la misma desembocadura del Tajuña en el Jarama, al lado de Titulcia, pues hay más cosas interesantes en este valle más allá de dicha vía a destacar. Perales tiene en torno a 2000 habitantes, y tuvo antaño un castillo, del que apenas quedan restos de un torreón. El pueblo, de casas encaladas, es propicio para el paseo.
Perales de Tajuña
Dejando Perales a un lado, donde en estos días disfrutan de sus fiestas patronales, al igual que en Tielmes, emprendemos el camino hacia Morata de Tajuña, penúltimo pueblo que nos encontraremos hasta la desembocadura de nuestro compañero de viaje, el río Tajuña. A mitad de camino entre Perales y Morata, se nos aparece, no a mucho andar, un molino sobre el río, cuya arquitectura nos descubre su verdadera naturaleza decimonómica, naturalmente abandonado, y nos hace pensar en tiempos pasados, pero no demasiado remotos, y haciendo inventario de lo que ahora llaman arqueología industrial, el valle nos ofrece lugares como dicho molino, las vías abandonadas, la también decimonómica Central Eléctrica de Chavarri en Carabaña y abandonada hace bastantes años y la chimenea para la fundición de estaño en Tielmes, cuando la utilización de los ríos y de los valles aún no traspasaba lo verdaderamente recomendable, vemos que una explotación ha sido sustituida por otra, molinos, centrales y ferrocarriles de vía estrecha han traspasado el testigo a la hostelería y a la construcción rural de recreo, tan en aúge en los últimos años, lo cual no está nada mal, siempre y cuando no se traspase la ya mencionada barrera de lo "verdaderamente recomendable", cosa que no está ocurriendo en lugares como Ambite, nuestra primera etapa en nuestro recorrido, donde sobre el monte opuesto al pueblo, en el margen izquierdo del Tajuña, las casas ganan vertiginosamente terreno al bosque y al monte, lo cual ha alertado tanto a los vecinos como a los amantes de dicho valle y la naturaleza en general, así se dejan notar para el caminante que por allí pasa, en forma de palabras escritas, sus quejas, con lo que rápidamente el buen señor viajero hace suyas también dichas quejas. Así, desde aquí, nos solidarizamos con ellos y decimos BASTA YA DE ESPECULACIÓN INMOBILIARIA, lugares como éste merecen un respeto.
Retomando el camino y dejando atrás, que no en el olvido, todas estas reflexiones, nos acercamos al final de la Vía Verde y entramos en Morata de Tajuña, la localidad más populosa de este valle, con más de cinco mil almas. Acercándonos a la antigua cantera de Cornicabra, y por tanto añadiendo un lugar más de arqueología industrial a nuestro paseo, disfrutamos de unas excelentes vistas del valle.
Morata de Tajuña
Saliendo de Morata, el río busca ya su camino final para sumarse a las aguas del Jarama, dando un giro en su curso hacia el mediodía, para después en su parte final volver a encaminarse hacia el poniente. El valle en este tramo se va ensanchando en gran medida, ganando mucho más terreno para la vega y el cultivo. Poco después de dejar atrás Morata, se interna en territorio de
una de las más emblemáticas localidades madrileñas y castellanas, Chinchón, aunque lo que es la localidad en sí, dista unos 5 kms. del valle, pero merece mucho la pena desviarse algo en nuestro recorrido para visitarla. Casi no hace falta ni destacar de Chinchón, por su gran popularidad, la gran importancia de su Plaza Mayor, una de las mejores muestras de la arquitectura popular castellana, con sus soportales con galerías adinteladas y balcones de madera, considerada como una de las más bellas del mundo por su armonía y proporciones. Han sido muy numerosas las actividades realizadas en la misma: fiestas reales, proclamaciones, corral de comedias, corridas de toros, ejecuciones, actos religiosos, políticos y militares, así como plató de cine tanto para películas nacionales e internacionales como la norteamericana "El Fabuloso mundo del Circo" (Circus World) de Henry Hathaway protagonizada por John Wayne, Rita Hayworth y Claudia Cardinale y producida por el conocido Samuel Bronston, que fue productor de otras tantas películas en España, como "El Cid", "55 días en Pekín" y "La Caída del Imperio Romano". En la actualidad destacan los conciertos de música Folk y los mercadillos de productos típicos que se celebran en la misma.
Chinchón
Pero continuando por el valle, encontramos algunos sitios dignos de visitar aún en el término municipal de Chichón. Así, desviándonos de la carretera de Morata a Titulcia tomando el antiguo camino que unía Chinchón con Madrid, nos encontramos antes de cruzar el río con la ermita de San Galindo y una laguna del mismo nombre, también conocida como "de la Espadaña".
Cruzamos el río y nos topamos con una senda que nos hace subir a un promontorio sobre el río, que ya nos llamaba la atención desde lejos y que se conoce como "Las Barrancas de Valdepozas". Merece la pena subir hasta arriba, son impresionantes las vistas. Dan ganas, que fue lo que hicimos, de quedarse un buen rato en la cumbre descansando y mirando al horizonte, donde sobre él ya vemos aparecer sobre su milenario cerro a Titulcia. Pero más cercano a nosotros, nos llama mucho la atención un castillo rodeado de gran arboleda, luego más tarde descubrimos que es el castillo de Casasola, una fortaleza del siglo XV de propiedad privada en la actualidad, y que presenta unos muros ruinosos, con una parte rehabilitada como vivienda. Desde el mismo barranco de Valdepozas tenemos una panorámica de Chinchón a nuestras espaldas. Este conjunto de elementos, es decir, tanto el valle, la ermita, la laguna, el río, el castillo, y las localidades de Titulcia, Chinchón y Morata sobre el horizonte, hacen de este lugar, una localización muy especial, en eso piensa uno, cuando ya emprende la marcha, tras dicho sosiego, por un camino paralelo a la carretera de Morata a Titulcia, donde nos encontramos las lagunas de Casasola (a la que da nombre el castillo) y la de San Juan, hasta que tomando la carretera que une Chinchón con Titulcia, emprendemos camino hacia esta última, la antigua Bayona de Tajuña, la cual se vino llamando así desde el S.XII, derivando del vasco "Ibay" y "ona", que quiere decir "lugar junto a río bueno", pero en 1814 por prerrogativa de Fernando VII, cambió de nombre, pues en sus viajes en busca de sus retiros estivales de Aranjuez, debe ser que atormentaban su recuerdo amargas visiones de su forzosa estancia en la Bayona francesa, tomando el de Titulcia, por pensar que en dicha localidad se asentaba esta antigüa ciudad carpetana nombrada por Ptolomeo en sus noticias, así se vino creyendo tiempos atrás, aunque ésto de que la actual Titulcia fuera la Titúlela de Ptolomeo se viene discutiendo en los tiempos que corren, pues actualmente los expertos la vienen situando en otras localidades, como en las proximidades de Las Rozas, Aranjuez y ahora últimamente cobra bastante vigencia la hipótesis de la actual y populosa ciudad de Móstoles. Lo que no cabe duda, es que el actual cerro donde se asienta Titulcia, fue poblamiento tanto en época prerromana como romana, han aparecido bastantes vestigios que así lo acreditan, aparecieron restos carpetanos en la conocida como "Cueva de los Vascos" y restos arqueológicos de época romana como utensilios, monedas y sobre todo muy próximo al pueblo, el famoso "Arco de Ciempozuelos" conservado en el Museo Arqueológico Nacional. Además, era lugar por donde pasaba una galiana, y que se conserva actualmente como vía pecuaria, bajo protección de la Comunidad de Madrid, al menos eso dice un cartel. La naturaleza estratégica del lugar, un promontorio situado en la confluencia de dos valles (Tajuña y Jarama) con gran panorámica de los contornos circundates, nos hace comprender la importancia que tuvo que tener el lugar para anteriores pobladores. Este promontorio sobre el que se asienta el pueblo, es conocido como el "Cerro de Venus". Una particularidad del pueblo es la existencia en la actualidad aún de viviendas-cueva en la parte alta del pueblo que se vienen usando por tanto como asentamiento desde hace milenios, así como la existencia en la parte baja de la famosa "Cueva de la Luna", de la que unos dicen ser templaria debido a la aparición de su símbolo en varias cúpulas, y otros dicen que simplemente fue una bodega dejada en el olvido bastantes años después de la época de los caballeros del Temple, y descubierta por casualidad en los años 50 del siglo pasado. Sea lo que fuere, merece la pena tomarse una cerveza y una buena tapa en el bar-restaurante del mismo nombre, al que hay que pasar para acceder a la cueva. También se debe destacar la Ermita de la Soledad, mandada construir por el Cardenal Cisneros, para conmemorar la aparición de una cruz en el aire en las juntas de los ríos Jarama y Tajuña el 28 de Enero de 1509 cuando iba camino de Orán desde Alcalá de Henares. Es un pueblo muy especial, un lugar predilecto para el que les escribe. Muy cerca del pueblo, encontramos un vestigio más de ese pasado que atesora el lugar, un puente romano sobre el Tajuña poquito antes de su desembocadura en el Jarama, justo donde termina nuestra aventura de hoy por este encantador valle.
Castillo de Casasola
Titulcia
Los puentes nuevo y viejo (al fondo) de Titulcia sobre el Jarama
*El puente antiguo de Titulcia fue construido a finales del S.XIX, donde se utilizó la técnica del remache en frío, llevada también a cabo en la construcción de la torre Eiffel de París. El puente nuevo, una moderna obra de ingeniería, fue inaugurado en 2002, año hasta el cual se vino usando el antiguo de una sola dirección.
Puente romano sobre el Tajuña, Titulcia.
Cueva de la Luna, Titulcia.
Y hablando de Titulcia, no podemos dejar de nombrar a un ilustre titulciano de adopción, el poeta José Hierro, fallecido en 2002, del que se decía era: "un manchego de Santander, un madrileño de Titulcia, un peatón en Nueva York".
Cronología del Mundo Antiguo en el Valle del Tajuña
-35000 A. de C. Los hombres que habitan las tierras del Tajuña perfeccionan sus herramientas utilizando madera y huesos.
- 12000 A. de C. Las tribus abandonan el nomadismo y aparecen los primeros núcleos de poblados habitados por agricultores y ganaderos
- 4.000 A. de C. Los pobladores de la comarca habitan las cuevas cercanas a los ríos.
- 1000 A. de C. Las tribus de la zona construyen recintos fortificados en los que se construyen casas de madera y barro.
- 300 A. de C. Los carpetanos se dedican a la agricultura y la ganadería y viven en poblados cercanos a los ríos construidos con adobe y piedra.
- 184 A. de C. Los carpetanos vencen a los romanos junto a Titulcia.
- 81 A. de C. Sertorio derrota a los habitantes de Caracca, ciudad identificada como la actual Carabaña, aunque se piensa que la batalla transcurrió en el Risco de las Cuevas, en Perales de Tajuña.
ALGUNAS RUTAS POR EL VALLE DEL TAJUÑA
-Vía Verde del Tajuña:
Esta Vía Verde es muy fácil de seguir, ya que toda ella cuenta con un firme de asfalto de inconfundible color rojo. Esta crucial pista nos servirá de referencia para no perdernos en casi toda la ruta. También nos ayudarán la señalización instalada al efecto. Otra buena nueva: gran parte de la traza está reservada a no motorizados. Ofrecemos a continuación una descripción del recorrido para conocer, de antemano, que es lo que nos podemos encontrar:
Km 0: Iniciaremos nuestro camino en la localidad de Morata de Tajuña, tomando como referencia de dirección la vecina localidad de Perales de Tajuña. En cualquier caso, os recomendamos que, de entrada, hagáis un pequeño tramo hacia atrás, dirección Madrid. Éste asciende por la antigua vía hacia la cantera de Cornicabra, teniendo desde ahí muy buenas perspectivas del valle del Tajuña. ¡Además existe un área recreativa con fuente! Es posible (y deseable) que, dentro no muchos años, esta Vía Verde se prolongue por aquí hasta Arganda, donde termina la línea 8 del Metro de Madrid. Hoy por hoy, unas pistas rurales (y una buena cartografía) podrán ayudarnos a realizar este tramo en clave más aventurera.De nuevo en Morata, la vía se inicia a cerca de la entrada del pueblo (lado San Martín de la Vega). Existe aparcamiento para dejar el coche y una señalización que nos indica como llegar allí. Tras un tramo urbano (pasaremos junto al cuartel de la Guardia Civil), nuestra vía se empareja a la carretera M-506, iniciando su recorrido rural hacia Perales.
Km 6. Por un paisaje agrícola, nuestra pista roja nos conduce sin sobresaltos hasta el solar donde estuvo la estación de Tajuña. Aquí arrancaba un ramal por el que los trenes subían hasta Chinchón y Colmenar de Oreja. Al otro lado de la carretera podemos ver el puente metálico de este ramal. Este tramo, sin acondicionar, solo es transitable unos 3 kilómetros, hasta una cantera. Si se quiere recorrer: ¡mucha precaución, hay camiones!De nuevo en la ruta acondicionada, nos vamos acercando hacia Perales, afrontando un tramo en el que deberemos superar algunos badenes, cortos pero de pendientes un poco acusadas. Serán las únicas rampas relevantes de toda la ruta.
Km 9. Llegamos a Perales de Tajuña. Su estación ya desapareció (su solar lo ocupa hoy un colegio) y su trazado son actualmente calles del pueblo. Aquí se abren dos ramales. Uno, que arranca a la entrada del pueblo, se desvía hacia la derecha, cruza el río y discurre por la vega. Por este ramal se circula sobre pistas abiertas al tráfico: ¡precaución!. Éstas nos llevan hacia la autovía A-III, que se cruza bajo un gran viaducto.El otro ramal, que sigue más fielmente la antigua vía, atraviesa el pueblo y, pasando junto al cementerio, se dirige hacia el viaducto de la A-III. Este tramo se interrumpe unos cientos de metros más adelante de la autovía, por lo que, después de visitar este bello tramo interrumpido (al pie de las espectaculares cuevas de Perales) hay que bajar a buscar el otro ramal de la vía verde que arrancaba en Perales (queda a menos de 300 m pero hay que ir con cuidado: hay que cruzar carreteras).Finalizada esta división de ramales, la Vía Verde se dirige, ya hasta su término, sobre unos caminos rurales de la margen izquierda del Tajuña. Hay que volver a recordar que este tramo está abierto al paso de vehículos rurales: precaución. La traza ferroviaria iba por la orilla contraria pero es irrecuperable, ya que casas y fábricas machacan a cada poco la explanación
Km 14. Un paisaje agrícola, de perfiles suaves, sin rampas, nos lleva hacia Carabaña. En la orilla contraria del Tajuña se sitúa Tielmes, pueblo al que podremos acercarnos utilizando la primera carretera que encontramos. En este lugar existe una pequeña área de descanso. A orillas de la carretera, hacia la derecha, la vía nos lleva hasta una ermita. Desde allí, hacia la izquierda, la Vía Verde sigue atravesando la vega del Tajuña, dejando en la orilla contraria la curiosa y bien conservada estación de Chavarri, donde en tiempos se cargaban las botellas de la famosa “Agua de Carabaña”.
Km 21. Y ya estamos llegando al final de un nuevo tramo sobre la ruta. A la altura del cruce con la carretera de Carabaña a Brea de Tajo, la pista roja, llega casi a orillas del río, donde un hermoso molino nos marca la entrada a Carabaña. Desde aquí, bien podemos dirigirnos hacia la cercana localidad para tomar un receso en la ruta o bien continuar itinerario hacia nuestro próximo hito caminero: Orusco. Para ello habrá que seguir hacia la derecha por la carretera de Brea hasta alcanzar la continuación de la vía verde hacia la izquierda. Este nuevo tramo discurre hasta Orusco en paralelo a la explanación del Ferrocarril de los 40 días, construido durante la Guerra Civil. Junta a éste, por la pista rural acondicionada para ciclistas (¡ojo a los posibles coches!), llegamos frente a la localidad de Orusco. Cruzamos bajo la carretera y, podemos acercanos a este agradable pueblo o seguir por la Vía Verde que, al poco, retoma, ya hasta el fin, el trazado del ferrocarril.
Km 32. Éste es uno de los tramos más agradables de la Vía Verde: pasaremos bajo pequeños puentes, entre arboledas, en algún caso sobre tramos casi acantilados sobre el río. Poco a poco nos vamos aproximando al término de la ruta. Ambite. Un cerrado pinar que la vía atraviesa limpiamente nos deja en la explanación de su antigua estación. Una pequeña área recreativa, con fuente es un hermoso lugar para contemplar esta pequeña localidad, la última de la Comunidad de Madrid antes de entrar en Guadalajara. La Vía Verde termina aquí pero ya se está trabajando en la vecina comunidad de Castilla-La Mancha para prolongar la vía hasta las orillas del Tajo en Entrepeñas.
http://www.ffe.es/viasverdes/fichas_htm/tajuna/ficha_tajuna.htm
-Ruta de la Laguna de San Juan:
Está constituída por una conjunción de agua y vegetación que ofrecen el refugio idóneo para la avifauna propia de este paraje. Se trata de un recorrido de 19,5 Km sin sombras, con lo que se aconseja hacer esta ruta en días poco calurosos, llevar agua y unos prismáticos para poder observar mejor la avifauna.
La ruta comienza y finaliza en Villaconejos y se divide en cuatro tramos:
A: Las Cuestas.
B: La Laguna de San Juan.
C: La Casa de los Montero.
D: El Balneario de Villacabras.
http://www.labarataria.com/rutas.htm
-Ruta de los Cortados:
Esta ruta nos lleva a la vega del río Jarama y a la del Tajuña en las que abundan un paisaje de cultivos de regadío.El agua separa claramente la vega rica y fértil con abundante vegetación y nuerousa fauna de la terreno yermo y duro con clima seca y riguroso.Por la escasez de sombra, se recomienda hacer la ruta en primavera u otoño y llevar prismáticos para fijarse mejor en la fauna.
La ruta comienza en el casco antiguo de Titulcia y se divide en tres tramos:
A: Soto de Bayona.
B: El cordel del Quiñón.
C: La Vega.
http://www.labarataria.com/rutas.htm
3 Comments:
La verdad es que la zona del valle del Tajuña es muy bonita y tiene mucho que ver. Buen post, gracias pos enseñarnos un poco más del valle y por las rutas para conocerlo
Gracias a ti también. Me ha gustado mucho tu entrada también.
Un saludo
A mi también me gusta, de hecho voy todos los fines de semana por allí
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